Christian Gálvez se está transformando en Raphael y nadie está haciendo nada. A punto de cumplir 42 años, el de Móstoles gasta un look de Peter Pan que ya querría uno de 30. Más allá de las inyecciones de ácido que se le suponen, el posible injerto de pelo de Christian Gálvez está dando mucho de qué hablar. Aunque el popular presentador de Pasapalabra nunca haya admitido la operación, nuestros tricólogos de MCAN Health en Turquía tienen un par de cosas que decir al respecto.
Christian Gálvez de joven
Remontémonos a la génesis del presentador por motivos de perspectiva médica. Christian Gálvez nació el 19 de mayo de 1980 en Móstoles, en el seno de una familia trabajadora. Ya en su adolescencia se apreció su idoneidad para la gran pantalla. El joven Christian era alto, rubio y con ojos azules. Desde el primer momento, sus padres le instaron a perseguir sus sueños hollywoodenses.
La fortuna, sin embargo, no quiso que sus comienzos fueran fáciles. Frustrados sus primeros escarceos como actor, Gálvez ejerció de reportero en el programa Caiga Quien Caiga. Allí, se sirvió de un alter ego similar al de “El Follonero” de Jordi Évole, basado en hacer el ridículo más que en dejar en ridículo a sus entrevistados.
Como reportero de CQC, y de acuerdo a la estética de la época, Gálvez se rapó el pelo y dejó al descubierto unas entradas prematuras y una densidad capilar escasa en la parte superior de la cabeza.
Christian Gálvez en Pasapalabra
Las cosas iban a ponerse muy difíciles para el joven Gálvez tras el cierre de Caiga Quien Caiga. En contra de sus expectativas, no hubo quien le llamase para ofrecerle un puesto en televisión. Gálvez terminó trabajando como dependiente en una juguetería, en lo que fue un duro baño de realidad para un “ego sobrealimentado”, como reconoció en una entrevista con Bertín Osborne.
En sus horas más oscuras, un golpe del destino cambió su vida para siempre. Se plantó en Mediaset y le ofrecieron presentar un nuevo programa con pocas expectativas de éxito. Gálvez se tiró a la piscina. Nadie sospechaba que Pasapalabra fuera a convertirse en una de las emisiones con más audiencia del país, y Gálvez en uno de los presentadores más queridos de España.
El pelo de Christian Gálvez: antes y después
Dada su historia televisiva, es posible que Christian Gálvez no esté de acuerdo con el famoso refrán. Pero, en este caso, una imagen vale más que mil palabras. Desde que comenzara en Pasapalabra, el pelo de Christian Gálvez sufrió una transformación pasmosa, y no podemos sino sospechar qué pudo haber tras ella.
Recordemos ahora al joven Gálvez dependiente en una juguetería, quedándose calvo a los 25 años, y viendo sus sueños televisivos hechos trizas. ¿Pudo el injerto de pelo de Christian Gálvez ser la respuesta?
El injerto de pelo de Christian Gálvez
El cambio de pelo de Christian Gálvez de su período en CQC al de Pasapalabra es como mínimo espectacular. De un rapado con transparencias a una melena tupida y frondosa en apenas un par de años, y con el estrés de presentar un nuevo programa en el que le dieron 3 meses de vida. ¿Dónde está el misterio?
Sabemos que Gálvez es emprendedor y dueño de varias empresas. Si hubiese descubierto el milagroso crecepelo, piedra filosofal de las farmacéuticas, ya sería billonario. Por lo tanto, debe haber otra solución al misterio. ¿La misma que Rafael Nadal o el Cholo Simeone?
¿Lleva peluca Christian Gálvez?
La peluca es una de las sospechas estrella del público, y la única solución plausible además del injerto de pelo. Gálvez podría llevar implantes cutáneos o un peluquín como Jennifer López. Pero lo más probable es que optara por la técnica DHI de trasplante capilar, o por el método de trasplante capilar FUE zafiro. Ambos procedimientos son imposibles de detectar, aportan resultados permanentes y evitan el engorro de tener que preocuparte del peluquín, que se puede caer, o alguien con mala fe te lo puede quitar en pleno programa.
Dadas las fotografías y la dura etapa que atravesó, lo más probable es que el injerto de pelo de Christian Gálvez tuviera lugar entre los años 2005-2007, en la transición entre Caiga Quien Caiga y Pasapalabra. Desde entonces, el presentador ha lucido un pelazo envidiable y no ha tenido por qué retocarse de nuevo.